eSCondido en la Memoria

Este año se va con la satisfacción del objetivo conseguido y que fue perseguido por siete largos años. Y de repente hay más, pero para mí, son 16 razones por las que este título tiene un sabor especial, sabor a gloria, a consagración en todo aspecto. Me permito hacer mi lista y la comparto con ustedes, hermanos CELESTES. Esta lista es arbitraria, personal y escasamente analizada (me la dictó el corazón). Así que ahí les va… no sin antes recordarles: ¡QUE SOMOS CAMPEONES CARAJOOOO…!

Porque desde principio de año se planificó, desde la cabeza del Sporting hasta el guachimán de la puerta del club, para llegar a este logro alcanzado.
Porque fuimos mejores desde el comienzo del campeonato hasta el último partido. Yo vi que íbamos a ser campeones desde que le ganamos a León en Huánuco.
Porque se ganó el campeonato con mística. Jugando a lo que históricamente ha jugado Cristal: “con ese juego hermoso, ése que voy a ver…”
Porque el estratega de este equipo les tapó la boca a todos, A TODOS, al defender al club que lo vio nacer, del cual es hincha, campeón como jugador y entrenador. ¡GRACIAS MOSQUERA!
Porque todos los jugadores se contagiaron de la Raza Celeste, esa Raza diferente que los hinchas venimos defendiendo hace años.
Porque los otros, dizque, equipos grandes no pudieron ni siquiera hacernos cosquillas. A (U)no lo bailamos cuando quisimos en cualquier cancha y con goleada incluida. Y (AL) otro, no le quedó más que celebrar los empates… “Nunca nos ganaron este año, ja ja…”, se “burlaban” en las redes sociales.
Porque a una cierta gayina, que se cree cantante, le cerramos el pico y tuvo que rectificarse y pedir disculpas públicas por atreverse a faltarnos el respeto. Paradójicamente, se le puso la “piel de gallina” por su insolencia.
Porque, y esto hay que reconocerlo, por primera vez, para disputar un título nacional (ya que el 2003 también llenamos el Estadio pero era para celebrar un Torneo Apertura), copamos totalmente el coloso de José Díaz. Nunca el Nacional se había teñido de un solo color: ese CELESTE hermoso. Las cuatro tribunas estaban repletas, al ambiente fue espectacular. Y no exagero al decir que así estuvo todo Lima y el Perú, porque en las calles todos andaban con su camiseta CELESTE puesta, inflando el pecho de orgullo.
Porque este campeonato es un premio a la hinchada (Extremo, Fuerza Oriente, Gvardia Extrema, los sueltos, los simpatizantes, todos), ya que, desde el 2007, venimos armando la fiesta en cualquier cancha y hemos seguido fieles hasta el último partido de cada torneo, demostrando nuestra Raza diferente. No solo seguimos en las buenas, porque en estos siete años de sequía el Sporting nunca ha caminado solo.
Porque los ilustres hinchas cerveceros que nos dejaron en estos años, ya se merecían celebrar un título en el cielo. ¡Salud ‘Jet’ Alberto Gallardo!, ¡Salud Gianfranco Espejo!, ¡Salud Miguel Tapia!, ¡Salud don Antonio Cisneros!, y por supuesto, ¡Salud a nuestros padres fundadores: don Ricardo Bentín y doña Esther Grande de Bentín!
Porque en el Perú, CELESTE HAY UNA SOLA, y nació y creció en el Rímac. Y como diría el ‘Checho’… #NOHAYOTRAPAPÁ.
Porque escuchando hablar a los jugadores, porque viendo sus tuits, uno se da cuenta que Cristal volvió a ser una familia, una tribu como lo describía don Antonio Cisneros en “La Crónica del Oso Hormiguero”. Esa hermandad que lideró Roberto Mosquera nos llevó hasta lo más alto y por ése grupo de jugadores, cuerpo técnico, utileros, ayudantes de campo, dirigentes, por ellos somos campeones.
Porque ir a la cancha con los amigos, llegar al estadio, hacer las colas, esperar al amigo que siempre llega tarde, subir por las escaleras de la Popular, ver las tribunas llenas, cantar, saltar, alentar, renegar, gritar, vibrar, llorar, encontrarse con más amigos dentro de la cancha, abrazarse con los conocidos y desconocidos celebrando un gol, reencontrarse con los patas que no ves hace años y no dejar dormir al barrio por los cánticos dedicados al Campeón, saber que desde muy lejos de su tierra hay hinchas que también brindaron por el título; porque todo eso no tiene precio y solo se premia con un campeonato.
Porque lo soñamos, lo deseamos, lo añoramos, lo esperamos con ansiedad, porque ya lo merecíamos, porque no nos podía fallar el cálculo. Porque así debía de ser. ¡Porque sí, carajo!
Porque los hinchas de Cristal no podemos esperar más de siete años sin títulos y porque alguna vez se dijo que la CELESTE iba a ser vendida y podría desaparecer... Ya muchos celebraban que esto podía pasar, pero cómo va a desaparecer la historia, cómo van a borrar todo lo conseguido en poco más de 50 años, cómo le van a quitar a millones de seres humanos la razón de su existencia. No señores, no celebren, Cristal hay para rato, porque un amor así no se extingue jamás.
Y este lo dejo al último no por ser el menos importante, todo lo contrario, por ser el estelar… Porque este año viví el título con una persona especial que, a pesar de simpatizar con otro equipo, se puso la CELESTE, y sintió esa emoción de ser diferente, ese sentimiento que nace desde adentro, esa pasión descontrolada y sin límites que ahora sé que también es contagiosa… ¡Te amo Sandra!

* Un reconocimiento para Jorge Cazulo. No hay nada que hacer, uruguayo que se pone la CELESTE, uruguayo que la hace en la SC.

Fotos del campeonato tomadas del Facebook del Extremo Celeste